miércoles, 3 de septiembre de 2008

El gordito de rulitos

Cuenta el viejo Caldarelli siempre la misma historia, lo bueno de todo esto es que dicha historia es contada por varias personas del barrio con matices casi iguales lo que no me dejaba casi ninguna sospecha alguna.
No se que año sería exactamente pero yo calculo que fue en enero del 72 mas o menos, en ese momento en Uruguay se vivía aires de dictadura militar; la CIA en contra del pueblo que ya desde esa época se volcaba hacia la izquierda luchaba contra las injusticias sociales, pero una orden del país dueño del mundo cambiaría todo.
En esa época mi viejo era tesorero del Club Marconí, el viejo club del barrio, del cementerio del norte, al sur del Cerrito y cerca de la nada, llegando a la cancha se puede ver un poncho tirado, la gente dice que es el que perdió el diablo pero realmente esa parte no se si sea cierto o no.
Los gurises, cuenta mi viejo, estaban animados y algo emotivos porque era época de las famosas cruzadas; estas llamadas “cruzadas” son equipos de Uruguay del llamado Baby Fútbol (liga nacional de niños entre 4 y 12 años) y de la misma liga de Argentina que cruzan el río y se enfrentan en partidos amistosos, aunque algunos de ellos no son nada amistosos y otros dejan amigos para toda la vida ya que los niños se hospedan en casas de otros niños del club contrario.
Los “chicos” argentinos venían de un equipo muy pobre aunque para ser sincero no se cual de los dos equipos era mas pobre; a todo esto llegó un niño algo gordito simpáticon que le toco quedarse esas dos semanas en casa del Cococho, un moreno amigo de la familia de toda la vida.
Las categorías se enfrentaron con sendos triunfos para el glorioso Marconi, y si, estaba visto de locales y con los equipazos que teníamos no había forma que estos porteños nos hicieran quedar mal hasta que salió a escena la categoría del gordito de rulos….
El partido terminó 12 a 1 a favor de los porteños, este niño que hasta se pidió se le hicieran examen antidoping, la verdad menos mal que no se lo hicieron sino quien sabe si no le daba positivo, dice mi viejo que era sensacional ver a ese gordito de 10 años, quebrando cuanta cintura se encontraba, dejando un surco por donde iba, los “gurises” del Marconi no podían creer lo que podía hacer este niño con la pelota, parecía que la traía atada a sus zapatos semi roídos.
El famoso Cococho que convivió con este gordito años mas tarde compró el barcito pegado a la marmolería de mi viejo en Montevideo, y como en el año 1997 me toco que lo llamaron de una radio, el bar estaba lleno de gente escuchando al Cococho hablar con su viejo amigo desde una radio famosa; ahí me cayo el veinte y recién les creí la historia del gordito de zapatos rotos que llaman Dieguito; unos años antes también le decían El Diego o para la mayoría simplemente fue Dios o algunos solo le decían Maradona; pero mi viejo con orgullo dice que vio jugar a los dos mejores jugadores de la historia en vivo y en directo ya que años antes vio varias veces a O Rey, aunque ver jugar al Diego de niño es algo que no se le va a olvidar jamás.

No hay comentarios: